El cartel original surgió como idea del Gobierno británico al inicio de la Segunda Guerra Mundial para mantener la calma de sus ciudadanos ante la situación que estaban viviendo. Nunca se llegó a usar, pero sin querer, se ha convertido en un icono. El original era sobre fondo rojo, supongo que por la idea de que ese color es el más energético, quién sabe.
A día de hoy es fácil encontrarlo en muchas versiones y colores, cada cual más original, y es un recurso bastante frecuente en decoración. Es muy sencillo de hacer así que si no os gusta ninguno, podéis crear el vuestro. A mi personalmente me encanta, ya os mostré uno en mi pasado cumpleaños y también he realizado alguno que otro tipo "friki".
En cuanto a interiorismo, casi cualquier sitio es bueno para poner uno, siempre y cuando vaya acorde con el resto de la de la decoración. Personalmente optaría por colores pastel, aunque sobre gustos no hay nada escrito y se puede experimentar.
Como siempre, para muestra un botón, os dejo unas imágenes para que os inspiréis. Una semana más, mil gracias por estar al otro lado.
¡Feliz viernes y fin de semana!
Mención especial para mi queridísimo E. que es un "frikazo" de los grandes.
Este se lo dedico a las "fashionistas" de medio mundo, que no somos pocas.
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